martes, 2 de octubre de 2012

Etapas de la Revolución Francesa.


1.- La Asamblea Constituyente (1789-1791): formada por decisión de los miembros de la burguesía en el seno de la Asamblea de los Estados Generales convocados por el Rey; abolió los privilegios, sometió al clero al poder civil y secularizó sus bienes, ordenó la redacción de la "Declaración de los derechos del hombre", y estableció el imperio de la Constitución de 1791.
El rey se vio obligado a ceder ante la continua oposición a los decretos reales y la predisposición al amotinamiento del propio Ejército real. El 27 de junio ordenó a la nobleza y al clero que se unieran a la autoproclamada Asamblea Nacional Constituyente. Luis XVI cedió a las presiones de la reina María Antonieta y del conde de Artois (futuro rey de Francia con el nombre de Carlos X) y dio instrucciones para que varios regimientos extranjeros leales se concentraran en París y Versalles. Al mismo tiempo, Necker fue nuevamente destituido.
La Asamblea Nacional Constituyente comenzó su actividad movida por los desórdenes y disturbios que estaban produciéndose en las provincias (el periodo del "Gran Miedo"). El clero y la nobleza hubieron de renunciar a sus privilegios en la sesión celebrada durante la noche del 4 de agosto de 1789; la Asamblea aprobó una legislación por la que quedaba abolido el régimen feudal y señorial y se suprimía el diezmo, aunque se otorgaban compensaciones en ciertos casos. En otras leyes se prohibía la venta de cargos públicos y la exención tributaria de los estamentos privilegiados.
La burguesía en París, temerosa de que la muchedumbre de la ciudad aprovechara el derrumbamiento del antiguo sistema de gobierno y recurriera a la acción directa, se apresuró a establecer un gobierno provisional local y organizó una milicia popular, denominada oficialmente Guardia Nacional. El estandarte de los Borbones fue sustituido por la escarapela tricolor (azul, blanca y roja), símbolo de los revolucionarios que pasó a ser la bandera nacional.
La Fayette
Junto con la Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, los delegados formularon los ideales de la Revolución, sintetizados más tarde en tres principios, "Liberté, Égalité, Fraternité"("Libertad, Igualdad, Fraternidad").
El 5 y el 6 de octubre, la población parisina, especialmente sus mujeres, marchó hacia Versalles y sitió el palacio real. Luis XVI y su familia fueron rescatados por La Fayette, quien les escoltó hasta París a petición del pueblo. Tras este suceso, algunos miembros conservadores de la Asamblea Constituyente, que acompañaron al rey a París, presentaron su dimisión.
2.- La Asamblea Legislativa (1791-1792): elegida por sufragio censitario y donde se impuso la tendencia republicana de los moderados girondinos y los extremistas jacobinos sobre los defensores de la monarquía; creó el ejército nacional para defender el proceso revolucionario contra los demás monarcas europeos, ya que los nobles que habían emigrado trataban de conseguir la ayuda de Prusia y Austria para restablecer el "Antiguo Régimen".
El 17 de julio de 1791 los sans-culottes (miembros de una tendencia revolucionaria radical que exigía la proclamación de la república) se reunieron en el Campo de Marte y exigieron que se depusiera al monarca. La Guardia Nacional abrió fuego contra los manifestantes y los dispersó siguiendo las órdenes de La Fayette, vinculado políticamente a los feuillants, un grupo formado por monárquicos moderados.
El rey fue privado de sus poderes durante un breve periodo, pero la mayoría moderada de la Asamblea Constituyente, que temía que se incrementaran los disturbios, restituyó a Luis XVI con la esperanza de frenar el ascenso del radicalismo y evitar una intervención de las potencias extranjeras.
El 14 de septiembre, el rey juró respetar la Constitución modificada. Dos semanas después, se disolvió la Asamblea Constituyente para dar paso a las elecciones sancionadas por la Constitución. Durante este tiempo, Leopoldo II y Federico Guillermo II, rey de Prusia, emitieron el 27 de agosto una declaración conjunta referente a Francia en la que se amenazaba veladamente con una intervención armada.
La Asamblea Legislativa, que comenzó sus sesiones el 1 de octubre de 1791, estaba formada por 750 miembros que no tenían experiencia alguna en la vida política, debido a que los propios integrantes de la Asamblea Constituyente habían votado en contra de su elegibilidad como diputados de la nueva cámara. Ésta se hallaba dividida en facciones divergentes.
El centro de la cámara acogía al grupo mayoritario, conocido como el Llano, que carecía de opiniones políticas definidas pero que se oponía unánimemente al sector radical que se sentaba en el ala izquierda, compuesto principalmente por los girondinos, que defendían la transformación de la monarquía constitucional en una república federal, un proyecto similar al de los montagnards(grupo que por ocupar la parte superior de la cámara, recibió el apelativo de La Montaña) integrados por los jacobinos y loscordeliers, que abogaban por la implantación de una república centralizada.
María Antonieta ante un Tribunal Revolucionario
(ampliar imagen)
Antes de que estas disensiones abrieran una profunda brecha en las relaciones entre los girondinos y los montagnards, el sector republicano de la Asamblea consiguió la aprobación de varios proyectos de ley importantes, entre los que se incluían severas medidas contra los miembros del clero que se negaran a jurar lealtad al nuevo régimen. Sin embargo, Luis XVI ejerció su derecho a veto sobre estos decretos, provocando así una crisis parlamentaria que llevó al poder a los girondinos.
A pesar de la oposición de los más destacados montagnards, el gabinete girondino, presidido por Jean Marie Roland de la Platière, adoptó una actitud beligerante hacia Federico Guillermo II y Francisco II, el nuevo emperador del Sacro Imperio Romano, que había sucedido a su padre, Leopoldo II, el 1 de marzo de 1792.
El deseo de entablar una guerra se extendió rápidamente entre los monárquicos, que confiaban en la derrota del gobierno revolucionario y en la restauración del Antiguo Régimen, y entre los girondinos, que anhelaban un triunfo definitivo sobre los sectores reaccionarios tanto en el interior como en el exterior. El 20 de abril de 1792 la Asamblea Legislativa declaró la guerra al Sacro Imperio Romano.
Marat, activista revolucionario, miembro de la Convención, contribuyó a la caída de los girondinos.
3.- La Convención (1792-1795): que reclamó la República, dio muerte al monarca e impuso un régimen  de terror tal, que nadie se sentía seguro después del asesinato de Marat y la ejecución deDantón, dos líderes revolucionarios. La Convención pretendió borrar todo vestigio del pasado, cambiando el calendario e introduciendo el culto a la diosa Razón; mas, la posición extremista deRobespierre unió a todas las fuerzas contra él y se le ajustició, junto a sus colaboradores que habían llevado la violencia al paroxismo mediante la implantación de ese régimen de terror.
Se impusieron importantes restricciones al poder de la Iglesia católica mediante una serie de artículos denominados Constitución civil del Clero:
— Confiscación de los bienes eclesiásticos
— Se permitió al Estado emitir un nuevo tipo de papel moneda, los asignados, garantizado por las tierras confiscadas
— Que los sacerdotes y obispos fueran elegidos por los votantes
— Recibieran una remuneración del Estado
— Prestaran un juramento de lealtad al Estado
— Que las órdenes monásticas fueran disueltas.
Toma de la Bastilla, 14 de julio de 1789.
4.- El Directorio (1795-99): que fue un gobierno moderado y que, ante el peligro de un retorno de la reacción o de un rebrote del terror, acabó por ceder el poder a un joven general que se había distinguido por sus victorias contra los austríacos en Italia: Napoleón Bonaparte

Consecuencias de la Revolución Francesa para Chile.


Las noticias de la Revolución Francesa en Chile provocaron en un principio sentimientos de rechazo, debido a la situación de violencia, la que culminó con el guillotinamiento de los reyes franceses y españoles.
Sin embargo, al ser Napoleón Bonaparte emperador de Francia e invadir a España instalando como rey a su hermano José, propiciaron el proceso de emancipación hispanoamericano, pues los criollos americanos, al igual que los españoles, decidieron organizar juntas de gobierno en nombre del rey Fernando VII, quien había sido hecho prisionero por los franceses.
Fue así como se originó nuestra Primera Junta Nacional de Gobierno. Recién en 1818 se pudo proclamar la Independencia Nacional y fue necesario organizar un nuevo sistema de gobierno basado en las ideas de los pensadores ilustrados franceses, instaurando un sistema de gobierno republicano, cuya esencia es la separación de los poderes públicos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), el reconocimiento de los derechos individuales, la soberanía popular y la existencia de una Constitución. 
ImpactoChile006

martes, 21 de agosto de 2012

Las causas y consecuencias

Causas:
Las ácidas críticas de los escritores de la ilustración al sistema político imperante; el descontento general ante el fracaso de la política exterior que obligó a entregar el Canadá a Inglaterra, y las aspiraciones de la alta burguesía a intervenir en el gobierno de la nación, prepararon un clima propicio a la revolución. Ella estalló al agudizarse la crisis económica que venía sufriendo el país desde el final de 1763.

Las causas más influyentes fueron:
— La incapacidad de las clases gobernantes (nobleza, clero y burguesía) para hacer frente a los problemas de Estado
— La indecisión de la monarquía
— Los excesivos impuestos que recaían sobre el campesinado
— El empobrecimiento de los trabajadores
— La agitación intelectual alentada por el Siglo de las Luces
— El ejemplo de la guerra de la Independencia estadounidense

Consecuencia
Las principales consecuencias de la Revolución Francesa fueron el derrocamiento de Luis XVI del trono, como así la abolición de la Monarquía en Francia, con la consecuente proclamación de la llamada I República, poniendo fin así al Antiguo Régimen.

Este proceso le puso fin a los privilegios con los que contaban tanto la aristocracia como el Clero, eliminado la servidumbre, el diezmo y los derechos feudales. También se disgregaron las propiedades como se introdujo el principio de distribución equitativa en el pago de impuestos.

Otras consecuencias de la Revolución Francesa fueron las diversas transformaciones sociales y económicas donde debemos incluir la supresión de pena de prisión por deudas y la abolición de herencia de tierras al primogénito en las familias

No debemos olvidar que dentro de las consecuencias de la Revolución Francesa ubicamos a Napoleón Bonaparte, quien instituyó durante el Consulado algunas reformas de gran importancia, como la fundación del Banco de Francia, la implantación de un sistema educativo que revocaba al anterior secular y muy centralizado.

Además ordenó crear la Universidad de Francia a la cual podían ingresar todos los ciudadanos a un puesto de enseñanza sin importar su procedencia ni su estatus social. Propuso además reformas legales, como son el derecho de habeas corpus, la celebración de juicios justos y sobre todo, la igualdad ante la ley.

La religión no quedó fuera de las consecuencias ya que se desempeñó un importante papel, más que nada a favor de la sociedad, permitiendo la libertad de culto y la libre expresión de la fe que profesara cada uno de los integrantes de la sociedad francesa de la época.


He aquí las principales consecuencias de la Revolución Francesa y como veis, Napoleón no fue tan malo como suele decirse por muchos lados. Al contrario, buscó la igualdad en Francia  para todos los integrantes de la sociedad como así impuso reformas de estructura muy de fondo, que en si se mantienen aún en todo el mundo.

martes, 14 de agosto de 2012

Social, Político & Cultural


En agosto de 1774, el rey nombró controlador general de Finanzas a Anne Robert Jacques Turgot, un hombre de ideas liberales que instituyó una política rigurosa en lo referente a los gastos del Estado. Sin embargo, la mayor parte de su política restrictiva fue abandonada al cabo de dos años y Turgot se vio obligado a dimitir por las presiones de la nobleza y el clero, apoyados por la reina, María Antonieta de Austria. Su sucesor, el financiero y político Jacques Necker, tampoco consiguió realizar grandes cambios antes de abandonar su cargo en 1781, debido asimismo a la oposición de los mismos grupos.
La censura quedó abolida durante la campaña y multitud de escritos que recogían las ideas de la Ilustración circularon por toda Francia. Necker, a quien el monarca había vuelto a nombrar interventor general de Finanzas en 1788, estaba de acuerdo con Luis XVI en que el número de representantes del tercer estado (el pueblo) en los Estados Generales fuera igual al del primer estado (el clero) y el segundo estado (la nobleza) juntos, pero ninguno de los dos llegó a establecer un método de votación.
A pesar de que los tres estados estaban de acuerdo en que la estabilidad de la nación requería una transformación fundamental de la situación, los antagonismos estamentales imposibilitaron la unidad de acción en los Estados Generales, que se reunieron en Versalles el 5 de mayo de 1789.
Las delegaciones que representaban a los estamentos privilegiados de la sociedad francesa se enfrentaron inmediatamente a la cámara rechazando los nuevos métodos de votación presentados.
Las clases sociales que carecían de propiedades deseaban acceder al voto y liberarse de la miseria económica y social, y no tardaron en adoptar posiciones radicales. Este proceso, que se extendió rápidamente por toda Francia gracias a los clubes de los jacobinosy de los cordeliers, adquirió gran impulso cuando se supo que María Antonieta estaba en constante comunicación con su hermano Leopoldo II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
La precipitación de los acontecimientos
Para solucionar los problemas económicos, el débil monarca Luis XVI convocó a los Estados Generales del Reino (una asamblea consultiva) que no se reunían desde 1614.
Esta convocatoria fue exigida por los "privilegiados" (clero y nobleza) quienes se negaban a pagar los tributos indispensables para conjurar la crisis económica. Los burgueses se aprovecharon de estas circunstancias y, ante la amenaza de la nobleza armada que pretendió mantener sus privilegios, movilizaron a toda la nación.
El pueblo salió a las calles de París y el 14 de julio de 1789, se apoderaron de la Bastilla. Esta prisión era el símbolo del absolutismo político y del régimen que se deseaba cambiar. En esta jornada, una muchedumbre de artesanos, obreros, tenderos, estudiantes y funcionarios se impusieron a las tropas reales.